Red de Vida

Cuídate en quién confías

Pastor Walner Fallas – Pastor Red de Hombres

En el andar de nuestra vida siempre se presentarán muchas personas que estarán interesados en ser nuestros compañeros o amigos de viaje, pero ¿cómo saber si nos convienen o no? Para esto considera el consejo de Prov.17:17 “En todo tiempo ama el amigo, y es como un hermano en tiempo de angustia.” La enseñanza que se nos da en este pasaje es que las acciones siempre hablarán mejor que las palabras y ellas confirmarán quienes son en realidad. Donde se muestra un amor desinteresado habrá paz y confianza para no temer lo malo y poder así fortalecer una relación de mutua edificación.                    

Pero de igual manera recuerda que hay quienes aparentan ser algo diferente de lo que son, por lo cual es importante que siempre te des el tiempo necesario para valorar y conocerlos mejor antes de ofrecer tu amistad abiertamente. Las palabras del Señor en Lucas 6:44 nos deben alertar para no cometer errores al respecto, “Porque cada árbol se conoce por su fruto; pues no se cosechan higos de los espinos, ni de las zarzas se vendimian uvas.” Jesús advierte que debemos esperar a la cosecha para definir bien el árbol, así que para conocer bien alguna persona, esperar es lo mejor y ver su reacción y proceder no solo en las cosas importantes sino también en las pequeñas, Lucas16:10 dice “el que es fiel en lo muy poco, también en lo más es fiel; y el que en lo muy poco es injusto, también en lo más es injusto”.

Para que comprendas aún mejor por qué debemos tener cuidado en quién pones tú confianza, te lo ilustro con esta anécdota. En una ocasión un escorpión necesitaba cruzar un río y como él no sabía nadar pidió ayuda a una rana que estaba en la orilla, pera ella con toda desconfianza le dijo: “¿cómo voy a saber que no me picarás?” A lo que respondió el escorpión: “¿si lo hiciera ambos nos ahogaríamos?” Ante esta lógica la rana accedió a cooperar y le permitió subir sobre su lomo. Cuando iban a la mitad del río el escorpión picó a la ranita y mientras se ahogaban, la rana dijo: “Prometiste que no me picarías ¿Por qué lo hiciste?” El escorpión respondió: “Perdóname, no pude evitarlo; picar es parte de mi naturaleza.” La moraleja de la historia es: Aprende a reconocer las relaciones peligrosas en tu vida cristiana y aléjate antes que te hundas con ellas.   

Ahora bien, siempre encomienda al Señor tu camino y pide en oración que Él ponga personas idóneas que sean de bendición para tu vida, que te ayuden a ser mejor y más fuerte en medio de toda circunstancia. No te dejes llevar por la primera impresión sino da tiempo al tiempo y mira sus frutos para definir qué tipo de persona es y si te conviene o no como compañero de viaje.

Cuídate en quién confías

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