Pastor Walner Fallas – Domingo 12 de junio 2022
Oíd esta palabra que ha hablado Jehová contra vosotros, hijos de Israel, contra toda la familia que hice subir de la tierra de Egipto. Dice así: A vosotros solamente he conocido de todas las familias de la tierra; por tanto, os castigaré por todas vuestras maldades. ¿Andarán dos juntos, si no estuvieren de acuerdo? ¿Rugirá el león en la selva sin haber presa? ¿Dará el leoncillo su rugido desde su guarida, si no apresare? ¿Caerá el ave en lazo sobre la tierra, sin haber cazador? ¿Se levantará el lazo de la tierra, si no ha atrapado algo? ¿Se tocará la trompeta en la ciudad, y no se alborotará el pueblo? ¿Habrá algún mal en la ciudad, el cual Jehová no haya hecho? Porque no hará nada Jehová el Señor, sin que revele su secreto a sus siervos los profetas. Si el león ruge, ¿quién no temerá? Si habla Jehová el Señor, ¿quién no profetizará?
Amós 3:1-8
Cuando hablamos de indiferencia nos referimos a una persona insensible, desinteresada, con frialdad en el corazón y sin afectividad. Este tipo de actitud no va con la mayoría y puede provocar aislamiento para quienes lo practican. En el ámbito espiritual esto también es un problema porque puede llevarnos a separarnos de Dios lo cual puede traer graves consecuencias a nuestras vidas. Sin embargo, el Señor siempre estará dispuesto a darnos otra oportunidad de cambio a fin de ayudarnos a no sufrir las consecuencias de esta acción. Por tal motivo consideraremos como ejemplo a la nación de Israel a quien el profeta Amos llevo un mensaje de advertencia contra su indiferencia a Dios la cual se manifestaba de tres maneras e impedía que se volviesen de sus malos caminos.
En primer lugar, vemos como la indiferencia llevo a Israel a “OLVIDAR EL FAVOR DE DIOS” esto era lamentable y Amos lo recalca en los versos 1 y 2. El profeta trae a memoria como Dios les había libertado de la esclavitud de Egipto y como el Señor los escogió de entre las naciones dándoles el privilegio de ser llamados su pueblo. Desestimar el origen de la bendición era algo recurrente en Israel y esto tendría sus consecuencias negativas.
Para la iglesia de Cristo esto no se debe tomar a la ligera y debe verse como una advertencia para no cometer el mismo error de esta nación. Nuestro corazón debe ser agradecido y nunca olvidar lo bueno que Dios ha sido con nosotros. El apóstol Pablo nos recuerda que, así como Israel fue libre de la esclavitud nosotros también hemos experimentado liberación ver Col 1:13 y también Pedro lo reafirma al describir la nueva identidad recibida por gracia en 1Pe 2:9 “Mas vosotros sois linaje escogido, real sacerdocio, nación santa, pueblo adquirido por Dios, para que anunciéis las virtudes de aquel que os llamó de las tinieblas a su luz admirable”. Cuidémonos de la indiferencia y propongamos en nuestro corazón bendecir cada día a Dios por sus bondades como lo declara el Salmo 103:2-5 y anulemos la conducta contraría para evitar caer más bajo como pasó con Israel.
La actitud de indiferencia llevó a esta nación a tener también “CORAZONES ENDURECIDOS”. Esta posición además cerró sus oídos y ojos para no ver y entender lo que Dios les estaba advirtiendo si continuaban haciendo lo malo. Vemos en el verso 6 que Dios venía tocando trompeta al mostrarles anticipadamente los juicios sobre las naciones vecinas a las cuales se refiere el cap.1 o igualmente su disciplina directa para ellos narrada en el cap.4, lo triste es que Israel argumentaba que lo que sucedía era casual o normal y no lo atribuían a la mano de Dios y esto hacia que sus corazones no buscaran el arrepentimiento de sus malas obras. Hoy la iglesia del Señor debe tomar ejemplo para sí misma y tener presente que no podemos imitar lo malo de Israel sino más bien cuidarnos en honrar a Dios apartando nuestro corazón de todo aquello que nos quiera alejar de él. Jesús advirtió que la indiferencia es una condición que no permite ver las señales y puede llevarnos a sufrir el castigo y juicio Divino, ver Lucas 21:34-36.
Por último, Israel recibió un “MENSAJE INELUDIBLE”. La indiferencia llegaría a su máximo cuando rechazaron abiertamente el mensaje de Dios y el falso sacerdote Amasías buscó la forma de echar de Betel al siervo de Dios ver cap. 7:12-13. Esto nos muestra cómo se aferraron al orgullo para resistir a la verdad y hacer a un lado el consejo. Pero a pesar de la conducta de ellos el Señor no dejaría de comunicar por medio de los profetas y en este caso de Amos la sentencia que caería sobre ellos. Israel sería llevado cautivo a tierras lejanas por los Asirios y esto sería una realidad ineludible. Jesús también nos recuerda la importancia de prestar atención y obedecer lo antes posible el mensaje de Dios a fin de asegurar bendición y no maldición Juan 12:48 “El que me rechaza, y no recibe mis palabras, tiene quien le juzgue; la palabra que he hablado, ella le juzgará en el día postrero”.
Hoy aprendemos que la indiferencia hacia Dios nunca aportará nada bueno a quienes lo practican, más para aquellos que adopten un corazón humilde y obediente siempre habrá protección con amor de parte del Señor.