Red de Vida

Mientras espero, confío.

Hace varios años, uno de mis líderes me regaló un separador de libros que tenía Isaías 40:31 escrito y decía: Pero los que confían en el Señor renovaran sus fuerzas; levantaran el vuelo como las águilas: correrán y no se fatigarán, caminaran y no se cansarán.”

Recuerdo haber pensado ¡qué bonita promesa! En lugar de tener pánico y frustración, podría levantarme y fortalecerme durante los periodos de espera. Pero, a medida que crecía mi tiempo en mí caminar con Cristo, esperar en Dios no se estaba viendo como una fuerza creciente y renovada. Se me hacía difícil esperar respuestas, llegándome a sentir cansada; me preguntaba si estaba haciendo algo mal. ¿No creía lo suficiente?

Hace poco escuché un podcast que mencionaba a mujeres que esperaron en el Señor, una de ellas era Elisabeth, quien era madre de Juan el Bautista. Ella no podía tener hijos y, como resultado de eso era reprochada en su comunidad. A pesar de todo eso, ella y su esposo eran “… rectos e intachables delante de Dios; obedecían los mandamientos y preceptos del Señor” (Lucas 1:6). Por larga que fuera la espera, Elizabeth se mantuvo fiel a Dios y a su palabra. 

Eso me hizo pensar: ¿Dónde está mi enfoque durante las temporadas de espera? ¿Estoy enfocada en LO QUÉ estoy esperando o en QUIÉN estoy esperando?

Entendí que LO QUE hago mientras espero define CÓMO espero. Si me enfocaba en las respuestas que tan desesperadamente necesitaba, entraba en pánico. Si miraba pasar el tiempo y las cosas sin solución, inevitablemente sentía miedo. 

Cuando cambié mi enfoque a la fidelidad de Dios, no te diré que el miedo se desvaneció, pero si se restauró la esperanza. Isaías 40:28-29 lo respalda ¡podemos correr hacia una fuente inagotable de fuerza mientras esperamos!

Existirán momentos en nuestras vidas que nos costará creer y esperar, nuestras emociones, angustias y preocupaciones nos harán dudar, pero si ponemos nuestro enfoque en lo soberano, glorioso y eterno que es Dios, la espera se hará mejor. 

Finalmente, te quiero recordar que las temporadas siempre pasan, no será invierno todo el año… Dios renueva nuestras fuerzas, Él nos enseña que, si oramos y somos fieles, como lo fue Elisabeth nosotros también podemos animarnos mientras esperamos.

Por: Jacqueline Sandoval

Mientras espero, confío.

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