Red de Vida

Nuestras armas vienen de Dios

Pastor Carlos Herrera – Domingo 4 de octubre 2020

Los cristianos tenemos un poderoso arsenal, pero es para utilizarlo. Pero ¿cómo lo vamos a usar?

Antes, vamos a leer 2 Corintios 10. El apóstol Pablo, inspirado por el Espíritu Santo, nos dejó un tesoro en este pasaje. La palabra de Dios es un tesoro para cada uno de nosotros y debemos darle todo nuestro valor. La iglesia en Corinto estaba pasando tiempos difíciles, y a raíz de eso Pablo les enviaba cartas para que siguieran adelante.

Yo Pablo os ruego por la mansedumbre y ternura de Cristo, yo que estando presente ciertamente soy humilde entre vosotros, mas ausente soy osado para con vosotros; ruego, pues, que cuando esté presente, no tenga que usar de aquella osadía con que estoy dispuesto a proceder resueltamente contra algunos que nos tienen como si anduviésemos según la carne. Pues aunque andamos en la carne, no militamos según la carne; porque las armas de nuestra milicia no son carnales, sino poderosas en Dios para la destrucción de fortalezas, derribando argumentos y toda altivez que se levanta contra el conocimiento de Dios, y llevando cautivo todo pensamiento a la obediencia a Cristo,

2 Corintios 10:1-5

Había una crítica muy directa hacia el apóstol Pablo, y él sentía la necesidad de hacer algo, pero él vio que humanamente no se podía. Muchas veces queremos resolver situaciones humanamente. Y por hacerlo así nos podemos meter en graves problemas. Debemos tenerlo presente.

El apóstol Pablo dice que aunque andemos en la carne no militamos según la carne. Entendamos esto, pues una cosa es militar en la carne y otra muy diferente vivir en el espíritu. Humanamente no podemos resolver nuestros conflictos.

El apóstol Pablo vio que estábamos en una guerra, pero nuestras armas para esta guerra no son carnales, si no poderosas en Dios para la destrucción de fortalezas. Nuestras armas no son cualquier arma.

1- Nuestras armas son poderosas.

¿Cuál es el propósito de nuestras armas?

  • Son para combatir a un enemigo sobrenatural.
  • Son para destruir fortalezas demoniacas.
  • Para derribar argumentos contra el conocimiento de Dios.
  • Para llevar cautivo todo pensamiento a la obediencia de Cristo.

Todo esto son términos espirituales, y es un recurso que se le ha dado a la iglesia de Cristo. Los cristianos vivimos en este mundo, pero las realidades que enfrentamos no están limitadas al reino físico, si no que tienen que ver con lo espiritual. El enemigo que tenemos es sobrenatural, por eso necesitamos estas armas poderosas.

Jesús entonces les dijo: Si vuestro padre fuese Dios, ciertamente me amaríais; porque yo de Dios he salido, y he venido; pues no he venido de mí mismo, sino que él me envió. ¿Por qué no entendéis mi lenguaje? Porque no podéis escuchar mi palabra. Vosotros sois de vuestro padre el diablo, y los deseos de vuestro padre queréis hacer. Él ha sido homicida desde el principio, y no ha permanecido en la verdad, porque no hay verdad en él. Cuando habla mentira, de suyo habla; porque es mentiroso, y padre de mentira.

Juan 8:42-44

Aquí Jesús reveló cosas sobre el enemigo, cosas que él hace e incita a hacer a otros. Todo esto lo combatimos con armas poderosas.

Los cristianos somos hijos de un reino que no puede verse con ojos humanos ni tocarse con manos humanas. Satanás es un enemigo que trabaja en el ámbito espiritual y su anhelo es causarnos daño. El apóstol Pablo pudo discernir que algo extraño se estaba moviendo y pudo alertarlos de las obras del enemigo. Debemos entender que nosotros no militamos en la carne. Aprendamos a vivir no en la carne, si no en el espíritu, porque el diablo anda buscando cómo tirarte al suelo y cómo avergonzarte.

Para hablar de armas debemos entender para qué son y contra quién están dirigidas. Satanás no puede ser derrotado con armas carnales, por eso Dios nos ha dado armas sobrenaturales que son divinamente poderosas.

Cuando hablamos de fortalezas pensamos que es algo impenetrable, pero con estas armas que Dios nos ha entregado podemos penetrar a donde sea, con el poder y autoridad que Dios nos ha dado.

Satanás trata de engañar a las personas en todos los ámbitos, pero también trata de cegarlas al evangelio.

en los cuales el dios de este siglo cegó el entendimiento de los incrédulos, para que no les resplandezca la luz del evangelio de la gloria de Cristo, el cual es la imagen de Dios.

2 Corintios 4:4

Así que esto solo puede ser derribado con armas espirituales. Porque los argumentos humanos no tienen poder alguno sobre las fuerzas demoniacas sobrenaturales.

¿Por qué es esencial para el evangelismo la oración ferviente? Pablo puso en claro que las fuerzas demoniacas se han levantado en contra del conocimiento de Dios, y hay que resistirlas. ¿Cuánto tiempo sacas como cristiano para orar y utilizar esas armas y derribar esos argumentos que el diablo ha levantado contra el conocimiento de Dios?

Muchos no las utilizan. Recordemos que esto es en términos espirituales. Debemos ejercitarnos, debemos clamar a Dios, debemos interceder. Si lo haces vas a ver que las cosas comienzan a cambiar. En la oración podemos ver resultados gloriosos y extraordinarios. La oración es un arma poderosa, es el arma que cuando la iglesia la utiliza Dios destruye fortalezas y el diablo tiene que disiparse. Y el enemigo no puede hacer nada porque mayor es el que está en nosotros que el que está en el mundo.

(V.5) Esto se logra guando se guerrea con fe. Hay que derribar ese velo que cubre el corazón de las personas. Hay que entender que esas fuerzas espirituales que se despliegan frente a la iglesia son grandes, pero no impenetrables.

¿Cuáles son tus pensamientos? Hay muchos cristianos que tienen pensamientos que tienen que doblegarlos y llevarlos a la obediencia de Cristo Jesús. Muchos pensamientos los han llevado a la esclavitud y hasta sacado del reino de Dios. Por eso te recomiendo, que si hay algún pensamiento que te está atormentando, que te tiene cautivado, poseído o tomado, esta es la hora de levantarse firme y comenzar a echarlo fuera de tu mente y llevarlo cautivo a la obediencia de Cristo Jesús. Y todo lo que se sujeta a la obediencia de Cristo va a prosperar.

Tenemos a nuestra disposición todas las armas que necesitamos: la oración, la fe. Esto también es sobrenatural. Lo sobrenatural se combate con lo sobrenatural. Con la oración, con la fe. Debemos utilizarlas, pues son totalmente poderosas.

2. Son armas justas

antes bien, nos recomendamos en todo como ministros de Dios, en mucha paciencia, en tribulaciones, en necesidades, en angustias; en azotes, en cárceles, en tumultos, en trabajos, en desvelos, en ayunos; en pureza, en ciencia, en longanimidad, en bondad, en el Espíritu Santo, en amor sincero, en palabra de verdad, en poder de Dios, con armas de justicia a diestra y a siniestra;

2 Corintios 6:4-7

Pablo al tener un llamado a ser apóstol para los gentiles lo convertía en un blanco evidente de Satanás. Pero Pablo libró esta guerra espiritual con armas de justicia. Eso quiere decir que con estas armas en él no hubo ningún pecado o engaño.

Las armas funcionan cuando nuestra conducta agrada a Dios. En todas estas cosas Pablo triunfa por la gracia de Dios. Esto nos enseña que los cristianos debemos seguir a Dios con integridad. Ninguna otra cosa nos podrá conceder la victoria y la bendición que viene de parte del Señor.

La iglesia de Cristo debe ser recta, justa, santa. Hay mucha carencia de esto en estos tiempos. Que el Señor nos ayude y tenga misericordia, y que nosotros tengamos un corazón dispuesto a caminar en la voluntad de Dios, que tengamos un corazón listo para servirle y listo para utilizar las armas en cualquier momento de nuestra vida.

No olvidemos que aunque estemos en este mundo no somos de este mundo, pertenecemos a un reino justo, un reino que es eterno, por eso debemos utilizar estas armas y saberlas utilizar. Las tenemos a nuestra disposición, para que cuando estemos pasando momentos difíciles las usemos. Dios es fiel, Dios no abandona a ninguno de sus hijos, siempre esta listo para fortalecernos y traer provisión a nuestra vida, pero para esto necesitamos caminar en justicia, caminar en rectitud.

Nuestras armas vienen de Dios

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