Red de Vida

Sígueme, sin excusas

Pastor Walner Fallas – Domingo 25 de Abril 2021

Yendo ellos, uno le dijo en el camino: Señor, te seguiré adondequiera que vayas. Y le dijo Jesús: Las zorras tienen guaridas, y las aves de los cielos nidos; mas el Hijo del Hombre no tiene dónde recostar la cabeza. Y dijo a otro: Sígueme. Él le dijo: Señor, déjame que primero vaya y entierre a mi padre. Jesús le dijo: Deja que los muertos entierren a sus muertos; y tú ve, y anuncia el reino de Dios. Entonces también dijo otro: Te seguiré, Señor; pero déjame que me despida primero de los que están en mi casa. Y Jesús le dijo: Ninguno que poniendo su mano en el arado mira hacia atrás, es apto para el reino de Dios.

Lucas 9:57-62

La iglesia del Señor siempre ha vivido tiempos difíciles y hoy no es la excepción, hay oposición, persecución, la maldad se ha acrecentado y muchos sienten complicado continuar en la fe del Señor. Pero cuando recordamos y leemos esta Palabra nos damos cuenta que no podemos poner excusas para continuar y obedecer al llamado de Jesús cuando nos dice SIGUEME.

Esta historia bíblica nos confronta al presentarnos tres casos de personas que pensaban que podían poner alternativas o argumentos para postergar su deber a una decisión tan importante y espero consideres rectificar tu corazón al meditar la respuesta que Jesús da a cada una de ellas.

En primera instancia analicemos este punto, “Seguir a Jesús es más que una promesa”. El vs 57 dice: Yendo ellos, uno le dijo en el camino: Señor te seguiré adonde quieras que vayas. Es interesante notar que en el evangelio de Mateo se hace referencia a que esta persona era un escriba, esto es un intérprete de la ley, por consiguiente, era una persona religiosa y probablemente con algún cargo de prestigio. No era un seguidor común, pero nos asombra como pudo atreverse a dar tal promesa en público a lo cual Jesús responde “Las zorras tienen guaridas, y las aves de los cielos nidos; mas el Hijo del Hombre no tiene dónde recostar la cabeza”. Llama la atención que Jesús no le agradeció su oferta ni le motivo con palabras de aliento, antes decide presentarle un panorama difícil y complicado. La razón más probable es que el Señor observo en esta persona un corazón movido por emoción, pensando en que tal vez podía obtener renombre a su lado.

Entendamos que Jesús no le estaba rechazando o prohibiendo seguirle, sino que quiso ponerlo a analizar con más cuidado su promesa ya que tal vez a futuro no la podría cumplir al ser probado con las dificultades y pruebas, él debía basarse en la realidad y costo que afrontan los verdaderos discípulos. Sería un camino muy distinto al que llevaba, aquí no hay privilegios u ofertas especiales.

Seguir a Jesús no es fácil, Mat 7:14 dice: “porque estrecha es la puerta, y angosto el camino que lleva a la vida, y pocos son los que la hallan”. Ten presente esta verdad, será difícil, pero es posible vencer si ponemos nuestra fe no en lo que somos ni en nuestra fuerza personal, sino en la gracia de que nos otorga el amor del Señor.

En segundo lugar “Seguir a Jesús, requiere obediencia”. Ahora Jesús decide hacer directamente el llamado a otro que va a su lado y le dice “SIGUEME” vs59 el acompañante responde: “Señor, déjame que primero vaya y entierre a mi padre”.  Claro después de escuchar el comentario de lo que cuesta seguir a Jesús no es de extrañarnos que este saliera con una gran excusa, quien no lo haría, la respuesta de Jesús no se deja esperar, le dijo: Deja que los muertos entierren a sus muertos; y tú ve, y anuncia el reino de Dios. 

Aclaremos que Jesús no se opone a cuidar a nuestros seres queridos, o tal vez asistir a un funeral. Pero si se opone a lo que puede paralizar el avance de nuestras vidas cuando somos llamados por Dios. Jesús nos enseña a tener carácter en cuanto al manejo de nuestros sentimientos y prioridades, no debemos olvidar que Dios siempre debe ocupar el primer lugar en nuestras vidas, ver Mateo 10:37-38.

Comprendamos que las palabras de excusa de esta persona era una expresión que en oriente significa poder acompañar a su padre mientras viviera y hasta su muerte, lo cual podría significar un espacio de tiempo de varios años antes de poder obedecer al llamado de seguir a Jesús. El Señor nos enseña que en estos casos deleguemos a quienes no se interesan por las cosas del reino de Dios lo que concierne a esta dimensión terrenal. Por tal motivo no pierdas el cumplimiento de tu deber para con Dios y sigue adelante con un corazón obediente.

Por último “Seguir a Jesús, significa no mirar atrás”. Aquí nos encontramos a otra persona que interpone sus pasiones antes que agradar a Dios. El vs61 dice: “Te seguiré, Señor; pero déjame que me despida primero de los que están en mi casa”. Recordemos el viejo refrán “No dejes para mañana lo que puedas hacer hoy” debemos comprender que el SIGUEME de Dios está en presente y no es una opción a futuro. La intención de este otro acompañante era demorar también su deber pues una despedida en oriente significaba fiestas de por medio que podrían durar semanas, no solo era dar un abrazo y decir adiós. Esta persona quedaría expuesta a las tentaciones de la vida y sería posible que olvidara su llamado.

No seamos de doble ánimo, afirmemos nuestro corazón y no miremos atrás, quienes lo hacen salen del propósito de Dios y abandonan la recompensa que nos espera al final. Si hay algo que aún te atrae del pasado suéltalo y pídele al Señor que te de la voluntad sincera para seguirle. No imites la conducta de estos tres hombres y marca la diferencia al ser un verdadero discípulo dispuesto a llegar hasta el final.

Sígueme, sin excusas

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