Red de Vida

Escogiendo frijoles

Por Andrés Herrera R.

Hace mucho tiempo mi madre o mi abuela cada semana sacaban un día para «escoger frijoles». Pues sí, antes Dios guarde echar a la olla estas legumbres tal cual venían de la bolsa. Es más, a más de uno le tocó morder una piedrita u otra cosa que se les colaba.

Recientemente me encontré en la feria del agricultor un señor que vendía estos frijoles «panameños», y como a mí me encantan todas variedades, me decliné por estos que había saboreado en una ocasión hace como 20 años.

Así que aquí estoy, escogiendo. Separando las piedras y palitos de esta exquisitez. Recordando que así es la vida. Vamos apartando lo que no nos conviene y nos dejamos lo que agrada, edifica y bendice.

También me hizo pensar que yo puedo ser una piedra o palo para otros. Pero se siente más feo cuando vas a una entrevista de trabajo y te «esquinean» desde que te ven. Sin embargo, no lo puedo tomar a personal, es un buen momento para revisarme, y ver qué de mi persona es pedregoso, de mal gusto, no nutre y hasta sea tóxico (palabra muy gastada y que por cierto y espero no dar a entender otra cosa).

La verdad es que Dios nos habla de muchas formas. Y estas experiencias nos fortalecen y ayudan a hacernos mejores personas. No siempre somos tan buenos como creemos ser, ni tampoco los peores. A Dios gracias por la vida y las oportunidades de mejora. A tirar mi vida a la mesa, y escoger lo que más le agrada y nos hace ser plenos en todo lo que hacemos.

Con respecto a estos frijoles, ahí les cuento cómo me quedaron. Un abrazo.

Escogiendo frijoles

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *