Red de Vida

Esta boca mía

Pastor Mauricio Zamora – Domingo 22 de Mayo 2022

¿Les ha pasado que por hablar muy pronto se han metido en un enredo? Recuerdo que felicité a una muchacha porque según mi parecer ella iba a tener bebé, pero no estaba embarazada. Ella me dijo “solo estoy gorda” y eso me hizo sentir realmente mal. Esto pasa en la vida cristiana que a veces no sabemos administrar bien lo que hablamos y olvidamos que la vida y la muerte están en el poder de la lengua (Prov.18:21).  Es por esta razón que necesitamos aprender estos dos principios que nos ayudarán a administrar las cosas que hablamos.  Partiremos de estas claves que el Señor nos dejó en Mateo 12:36 donde dice: “Más yo les digo que de toda palabra ociosa que hablen los hombres, de ella darán cuenta en el día del juicio. 37 Porque por tus palabras serás justificado, y por tus palabras serás condenado”.

Primero, necesitamos prestar atención a las palabras ociosas. En diferentes versiones de la biblia nos definen ociosas como vanas (LBLA, NBLA), inútil (DHH, NTV), decuidadamente (NBV) y ociosa (NVI).  Estas son palabras que no conducen a nada bueno, que no tienen un fruto a futuro o al presente para bendecir a otros. Como cuando usted quiere hacer un chiste para congraciarse y sale mal hasta el punto de entristecer o enojar a los oyentes. La biblia nos enseña en Efesios 5:3 que existen temas de los cuales no conviene ni siquiera mencionarlos, mucho menos dedicar tiempo para hablar de ellos, porque no conviene a los santos. Sin embargo, somos muy tentados a juzgar, señalar o criticar cuando algo se sale de control. En 2 Corintios 12:20 el Apostol Pablo nos da una lista para ayudarnos a identificar esta palabras y que de esta manera nos ayudemos para trabajar en corregirlas, por ejemplo: pleitos, celos, enojos, rivalidades, difamaciones, chismes, arrogancia, desórdenes. No podemos olvidar que Dios lleva la cuenta y por eso es mejor reconocerlas hoy mismo, quizás estas preguntas nos ayuden: ¿Qué hablamos cuando estamos a solas? ¿Cuando estamos molestos? ¿Con la gente del trabajo? ¿En ciertos chats o APPs? porque las palabras ociosas generalmente las usamos en ambientes o círculos ociosos también, y una mala conversación puede echar a perder las buenas costumbres (1Cor.15:33).

Segundo, si usted ya identificó esa lista de palabras y las personas o ambientes donde las usa, los motivamos a preguntarse de manera sincera ¿Mis palabras me justifican o me condenan?.  Porque si tus palabras fueran semillas – ¿Qué vas a cosechar dentro de un tiempo?-1 Pedro 3:10 nos enseña que  «El que quiera amar la vida Y llegar a ver días buenos,debe refrenar su lengua del mal, Y sus labios no deben mentir. Entonces el consejo de Dios es que necesitamos aprender a modelar y moderar el uso de nuestro lenguaje, empezando por aprender a estar callado, como quien se pone un freno a sí mismo. Y esto es algo que solo podremos lograr si nos ejercitamos en domar la lengua, ya que si lo hacemos podríamos también refrenar todo el cuerpo (Santiago 3:2). Sin embargo ningún hombre puede domar su lengua en sus propias fuerzas (Sant.3:8) y es justo ahí donde está la clave – Solo Dios puede hacerlo en nosotros a través de su ayuda – y el salmista lo entendió cuando dijo:  “Purifícame con hisopo, y seré limpio; Lávame, y seré más blanco que la nieve (Salmos 51:7)”- Y es por esta razón que necesitamos humillarnos y reconocer que necesitamos la ayuda a Dios para que esto sea posible. Ejemplo claro, es el profeta Isaías quien tuvo que reconocer su condición para que Dios limpiara su boca y sus palabras, y solo así luego tuvo la capacidad de oír a Dios, conversar íntimamente con Dios y servirle a Dios usando sus propias palabras (Isaías 6:5-9).

En conclusión hoy Dios nos está llamando a limpiar nuestra manera de hablar que solo es posible a través de su gracia, para también enseñarnos a hablar lo que conviene y atender a su llamado y servicio, solo necesitas sincerarte con Dios y renunciar a esas palabras y esas conversaciones que ya has identificado, pedir su ayuda y su gracia, que solo es posible a través del amor y sacrificio de Cristo en la cruz, donde enmudeció y fue llevaba al sacrificio para que hoy podamos ser salvos.

Esta boca mía

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